El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA o IFAD, por su acrónimo en inglés) ha publicado la edición 2016 de su informe sobre desarrollo rural en el mundo, en la que se centra en los procesos de transformación estructural y rural. Titulado Rural Develpment Report 2016: Fostering inclusive rural transformation (Informe sobre desarrollo rural 2016: Impulsar la transformación rural inclusiva), el documento muestra que, si bien muchos países están experimentando transiciones rápidas fuera de la pobreza, hay una necesidad de políticas más incluyentes que incorporen a las poblaciones rurales pobres a la corriente principal económica para asegurar que el desarrollo rural es social, económica y ambientalmente sostenible.
El informe explora los desafíos vinculados a la transformación estructural y rural en los países en desarrollo. Así, destaca que «las zonas rurales deben transformarse rápidamente para ser incluidas de forma sostenible en las economías en crecimiento y contribuir a la prosperidad general». Con el fin de determinar por qué algunos países han tenido más éxito en la transformación y reducción de la pobreza que otros, el informe trata de dar respuesta a tres preguntas. Por un lado, se pregunta qué vías de transformación estructural y rural se pueden observar en los países en desarrollo, cómo estas afectan a las diferentes vías de reducción de la pobreza y a la transformación social y económica, y qué pueden hacer los responsables políticos para estimular y apoyar la transformación rural inclusiva.
Los capítulos de la primera sección exploran estas cuestiones desde una perspectiva regional en América Latina y el Caribe; Asia y el Pacífico; África; y Oriente Próximo, África del Norte, Europa y Asia Central. Los siguientes capítulos adoptan un enfoque temático, en el que se plantean los desafíos de la transformación y las posibles medidas políticas en relación con el empleo y la migración; los mercados agroalimentarios y las cadenas de valor; las finanzas rurales; la innovación tecnológica agropecuaria; la tierra y los recursos naturales; y la acción colectiva y la autonomía.
Entre los mensajes principales, cabe destacar que la transformación rural es esencial y parte de un proceso de transformación estructural más amplio, y que la transformación integradora requiere estrategias cuidadosamente diseñadas y políticas agrícolas distintas. El informe señala que la rápida transformación rural no conduce automáticamente a la reducción de la pobreza y las estrategias de desarrollo rural para la transformación no excluyente son específicas para cada contexto.
Además, el informe identifica cuatro categorías de transformación e inclusión incorporadas por la mayor parte de los países y regiones y propone objetivos específicos para cada uno. Los países que son «transformadores e incluyentes rápidos» deberían tratar de adaptarse a las condiciones cambiantes para sostener el progreso y abordar las cuestiones causadas por un rápido crecimiento. Los países que son «transformadores rápidos e incluyente lentos» deben centrarse en ampliar el alcance de los beneficios y oportunidades para las poblaciones rurales.
Por su parte, las naciones de la categoría «transformadores lentos/incluyentes rápidos» deberían tratar de acelerar la transformación sin sacrificar la inclusión. Por último, los países que son «transformadores e incluyentes lentos» deben tratar de acelerar el proceso de transformación y ampliar el alcance de los beneficios para las poblaciones rurales.
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