
En 1995, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) adoptó un enfoque integrado de los ecosistemas en la gestión los recursos naturales con el fin de promover la conservación y garantizar la equidad y el uso sostenible de los bienes y servicios que la naturaleza proporciona a las personas. Dos décadas después, ¿cómo se ha avanzado en este sentido en Estados Unidos y la Unión Europea? ¿Qué decisiones, estrategias e iniciativas clave se han puesto en marcha para impulsar la consideración de los distintos impactos sobre los servicios de los ecosistemas?